martes, 8 de enero de 2013

"El vidrio y mi dedo"


Buenos días!
El Cafecito de hoy.

En la noche de ayer llegue de la oficina a la casa como de costumbre. Tenía sed, así que fui a abrir la nevera y poff!!! Un platillo de cristal que estaba encima de la puerta de la nevera cayó al suelo y se hizo pedazos.

Me agache a recoger los cristales y al instante me clave un pequeño pedazo de vidrio en un dedo. Era tan pequeño que no lo podía ver ni sentir, solo cuando me tocaba me dolía el dedo completo.

¿Como un pequeño, pero tan pequeño pedazo de cristal puede causar tanto dolor? 

Lo mismo pasa con el corazón. Hay cosas tan pequeñas que llegan a nuestra vida que al parecer no nos causaran daño y al final terminan siendo un gran dolor de cabeza. Y al igual que el cristal el mi dedo, no lo sentimos si no lo tocamos, así que lo dejamos ahí, tranquilo, esperando que sea el tiempo el que cure nuestras heridas. Pero eso nunca sucede. 

Para sacar o deshacernos de algo que nos afecta en la vida, debemos de experimentar dolor, un dolor momentáneo que será recompensado por la paz que luego sentiremos. Muchos prefieren quedarse con cosas en su vida por el temor al dolor que sentirán.

“Es mejor llorar dos días, que sufrir y lamentarte toda tu vida”. Aleja de ti esos pequeños cristales que aparentar ser insignificantes, pero que al final te están haciendo daño. 

Este nuevo año proponte limpiar tu vida de todo lo que te roba la paz, todo lo que te causa dolor, todo aquello que te impida crecer. Es tiempo de deshacernos de ese cristal en nuestro dedo, es tiempo de soltar lo que no nos conviene, aun así haya dolor en el proceso.

Dios te guie a tomar las decisiones correctas y te de la fuerza para mantener esas decisiones.

Que tengas un día bendecido!
Nestor Ortega
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